Sin el uruguayo, el equipo Red recibió este domingo al Southampton de Ronald Koeman. Asumía el Liverpool la responsabilidad de ser protagonista. Por apellidos, por historia, porque jugaba en casa, porque era el subcampeón de la Premier. Ya desde el himno se plantó en campo rival, algo que sostendría a lo largo de toda esa etapa inicial. Una declaración de intenciones que no se vería traducida en acciones claras de gol. Ese primer tiempo sería para los Reds por una aislada jugada en la que Jordan Henderson peleó un balón dos veces en el centro del campo, lo ganó y lo cedió con maestría para un Raheem Sterling implacable. La suave definición ante Fraser Foster hizo olvidar a Suárez por unos instantes.
Probaba mucho el Liverpool desde media y larga distancia. Daniel Sturridge y hasta Glen Johnson se animaron en ocasiones. Phillipe Coutinho no aparecía y eso se sentía. Steven Gerrard era el eje y sus balonazos eran la esperanza del local. Del Southampton sin noticias.Bajó el ritmo el equipo de Rodgers. Presionó más arriba el Soton y encontró su premio con un golazo de Nathaniel Clyne, que recibió un taconazo de Tadic y le rompió la red a Mignolet. Tremendo.
Le faltaba un tornillo al partido, ya estaba roto con un Soton atrevido y crecido, con un Ward-Prowse cada vez más influyente. Con 19 años, se vistió de Gerrard y manejó los tiempos de su equipo. Y hasta le entregó el 1-2 a S. Davis, que erró ese 'penalti' en movimiento.Rodgers sacaba a Allen y a Lambert, ex del Southampton, para cambiar el rumbo del partido. Y lo lograría, especialmente con la movilidad del primero. Ya sin un desconocido Coutinho, el Liverpool se reencontró con la ventaja por un balón suelto en el área que Sterling bajó de cabeza para que desvíe Sturridge y convierta el 2-1. Tuvo el Southampton el 2-2 en la última, pero entre Mignolet y el larguero se obró el milagro.
Por ahora, Anfield camina sin Suárez y nadie se acuerda de él. El Liverpool deberá hacerse camino al andar.
Ángel García - Consuegra Guijarro
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