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jueves, 15 de marzo de 2018

Camarero, la cuenta por favor

Como el que invita a cenar en una cena de empresa. Como el que tiene prisa y quiere salir pronto del restaurante porque tiene otros asuntos que tratar. Ayer Leo y solamente Leo. El futbolista argentino sabe que este es su año y quiere ir a por todas. Tiene la Champions entre ceja y ceja, y ya mira de reojo el Mundial, su Mundial. Contra el Chelsea Messi volvió a demostrar de la pasta que está hecho, y representó ante las casi cien mil personas que llenaron el Camp Nou, una obra maestra del mas puro estilo ballet clásico.

Tenía prisa y sin esperar a nadie anotó el 1-0 en los primeros compases del partido. Jugada larga de posesión blaugrana en la que tocan el esférico todos los jugadores culés y que Messi con un disparo seco y cruzado, logra batir a Courtois por debajo de las piernas. El conjunto londinense despertó después del planteamiento defensivo de Conte y fue a por el partido. Lo intentaron de todos los colores pero este Barça, a diferencia del equipo del año pasado, sabe defender y replegarse. Dos lineas de cuatro muy juntas para noquear a los carrileros del Chelsea. Dembélé fue la sombra de Marcos Alonso, e Iniesta hizo lo propio con Moses. Cuando cierras bandas, no te queda otra que jugar por medio. Ahí aparecieron Busquets y Rakitic que estuvieron durante todo el partido mucho mas enchufados que Kanté y Fabregas.

Con el Chelsea topándose una y otra vez contra un muro, llegó el picotazo del mosquito. En la supremacía del centro del campo del Barça llegó el 2-0. Balón que pierde Cesc y Messi aparece desde la medular. En décimas de segundo deja de ser un jugador que pasa por ahí a convertirse en actor principal. Con dos toques de puntera se zafa de dos rivales a la carrera y espera la llegada de Dembélé. El francés apareció por la derecha y no dudó en mandar a la escuadra el excelente servicio de Leo. El primer picotazo de Ousmane como culé reivindicándose después del buen partido liguero frente al Málaga.

A los pupilos de Conte no les quedaba otra que abrirse pero siguieron sin crear suficiente peligro. Un palo de Marcos Alonso al filo del descanso y poco mas. Ya en la segunda mitad, Valverde dosificó a Iniesta y a un tocado Busquets y entraron Paulinho y André Gomes, que se llevó la ovación de la noche. Por parte del futbolista carioca cuajó un gran partido demostrando su poderío y su capacidad de ser un jugador 'box to box'. Con llegada en las dos áreas aprovechando su fuerza. De nuevo Leo volvió a anotar, convirtiendo el 3-0 y matando así el encuentro definitivamente.

Leo resolvió toda la eliminatoria. Tres goles de los cuatro anotados por el Barça, además de la asistencia a Dembélé. Él lo preparó todo y él pagó la cuenta. No hay palabras para definir a Messi. Simplemente, como diría el tifo de ayer del Camp Nou, "God save the King".

Ángel García - Consuegra Guijarro

viernes, 16 de febrero de 2018

Madrid mon amour

Ganar se ha convertido en algo utópico. El partido del siglo, o eso era lo que todos los medios de comunicación presentaban. Solo valía ganar y quien cayera eliminado en esta ronda, sería condenado a un fracaso que se recordaría en mucho tiempo. El derroche monetario de Al Khelaifi contra los 'knocks'-out que había recibido el Madrid a lo largo del año. El Bernabéu dictando sentencia y Rafa Nadal desde el tifo dando ánimos a una afición que pese a su ilusión, tenía miedo de los parisinos.

La alineación blanca era la prevista. Nacho entró por el sancionado Carvajal y Zidane volvía al rombo porque Bale empezaba en el banquillo. Isco enlazando porque a Benzema no hay quien lo saque del once, y arriba un Cristiano con libertad de movimientos. Por parte parisina, lo esperado. Kimpembe se crece ante los grandes y tiene una proyección de miedo. Lo Celso en el pivote para darle mas movilidad a Rabiot, que juega mejor como volante; y arriba la tripleta que parecía que sería la mas temida de Europa, la M-C-N.

El encuentro fue de tónica cambiante. El Real Madrid forzó un córner en torno al minuto uno, dejando claro las intenciones del campeón. Por otra parte Emery lo tenía claro: esperar y calmar el balón. Quien manejase mejor los tiempos se llevaría el encuentro. Tras el fusilamiento inicial blanco, le tocaba proponer al PSG. La consigna parisina llevaba el 10 en la camiseta. Buscar a Neymar para desbordar con facilidad a Nacho y con esa línea vencida tener superioridad con el balón. Suena curioso pero el gol inicial llegó del otro lado, en el único fallo defensivo de Marcelo en todo el partido. Balón largo desde la derecha de Mbappe, que Cavani deja pasar y Neymar no llega. El rechace franco para un Rabiot, que deja muy atrás a Casemiro y marca a placer. El francés como ya he adelantado juega mejor de volante y a sus veintidos años tiene una proyección de miedo.

Llegaron los momentos de duda en los que el gol podía caer de cualquier lado hasta que al borde del descanso Cristiano consiguió igualar de penalty. Dejando polémicas e interpretaciones a un lado, el tanto subió al marcador y el resultado al descanso fue de empate a uno. Al inicio de la segunda parte, el PSG le quería poner una marcha mas y tuvo varias ocasiones claras para adelantarse. Zidane se dio cuenta y alineó a Bale en detrimento de un perdido Benzema. La réplica de Emery fue el desencadenante de la remontada blanca. Quitó a un jugador de referencia como es Cavani para poner a Meunier y por lo tanto Alves pasar a jugar de extremo. Le salió mal el cambio y Zidane ahondó mas en la herida poniendo a Lucas Vázquez y a Asensio. La sangría estaba servida y llegaron el 2-1 y el 3-1. Di María que había cuajado un enero de otro planeta no jugó ni un minuto y Draxler entró muy tarde. Para destacar el partido de Modric y Marcelo. No se llevaran ninguna portada pero estuvieron a su mejor nivel.

La vuelta está servida para París. El sueño de Al Khelaifi puede verse derrumbado en noventa minutos. Calidad le sobra al PSG pero le falta de un planteamiento ganador. El Real Madrid por su parte, no esperar agazapados atrás porque les puede salir muy caro, o si no, que se lo digan a Unai qué tal le fue en su última experiencia en Can Barça. De nuevo el planteamiento será determinante. De momento gana el Madrid, Madrid mon amour.


Ángel García - Consuegra Guijarro



miércoles, 10 de enero de 2018

Coutinho: calidad al alza

Aterrizó Coutinho en Can Barça después de un verano de idas y venidas con el fichaje del jugador. Finalmente, el F.C. Barcelona decidió ir a por todas y ficharlo en el mercado de invierno con el condicionante de que no podrá jugar la Champions.

Dejando atrás las cifras astrológicas que ha costado el brasileño, nos centraremos en lo que le puede aportar al equipo de Valverde este fichaje. Para empezar, es de los pocos futbolistas que había en el mercado que pueda ser el sustituto natural de Andrés Iniesta. El 'txingurri' y el manchego llegaron a un pacto en verano en el que el capitán se quedaría una temporada mas con el condicionante de que fuera dosificado y aguantar así mejor las lesiones y recuperar su buen estado de forma. Así está siendo. Esta temporada Iniesta está a un gran nivel y se ve reflejado en el juego y en los resultados.

Una segunda razón de su fichaje es lo bien que le viene al esquema de Valverde. Con la variante partido tras partido de si 4-3-3 o 4-2-3-1 la polivalencia de 'Phil' hace que se adapte bien a cualquier esquema. Analizando el 4-3-3 sería el sustituto natural de Andrés Iniesta, no hay mas. Con el 4-2-3-1 en cambio, aparecen nuevas variantes. Esta aparentemente será la alineación que use Valverde ya que es la que mas viene utilizando a lo largo de esta temporada y con Coutinho se adapta mejor si cabe a las exigencias de sus futbolistas. Doble pivote formado por Sergio Busquets y Rakitic o Paulinho, con Dembélé tirado a derecha, Coutinho tirado a la izquierda, Messi de enganche y arriba Suárez.

Amplitud al campo. Con el francés y el brasileño sobre el verde, el principal arma que manejará el Barça será la amplitud sobre el terreno de juego. Dos extremos muy abiertos para participar en el juego del equipo y para darle salida a unos laterales que mas que laterales son carrileros.

El Barça ha completado una plantilla muy competitiva a la espera de algunos nombres en la rampa de salida. De momento llega Coutinho, fichaje deseado por Valverde y por toda la parroquia culé. Calidad al alza de un jugador que en el Liverpool era el emblema de Anfield.
Coutinho durante su presentación en el Camp Nou

jueves, 4 de enero de 2018

Matador Arnáiz

Empate valioso del Barça frente al Celta de Vigo en la ida de 1/8 de Copa del Rey. El conjunto entrenado por Ernesto Valverde viajaba hasta Galicia con las bajas de Leo Messi, Luis Suárez y Andrés Iniesta además de los lesionados Samuel Umtiti o Paco Alcácer entre otros. Por su parte, el Celta tenía prácticamente a todos disponibles por lo que quería hacer daño al cuadro culé.

Con rotaciones de por medio, el 'txingurri' decidió alinear desde un principio a Arnáiz en punta, acompañado de Denis y de Aleix en los costados. Dos extremos que no acostumbran a jugar en esa posición para crear de fuera a dentro. Las subidas de los laterales, claves para hacer el dos contra uno a toda la defensa local. El Celta proponía y el Barça replegaba. En una contra, al mas puro estilo velocista, el Barça se plantó en el área rival con tres jugadores que habían tocado la bola. Denis, André Gomes y Arnáiz. Transición defensa-ataque para que el delantero del filial pusiera el 0-1 en el marcador. Apenas 120 minutos con el primer equipo y ya lleva tres goles. El talaverano tiene olfato de gol y Valverde lo sabe.

Poco duró la alegría culé y es que en una 'bacalada' defensiva, un balón le quedó muerto a Pione Sisto que fulminó a un Cillessen que pese a tener poco trabajo, pudo hacer mucho mas en el gol. Con el empate nos fuimos al descanso con una sensación de que al Celta no le iba a durar todo el aguante que había tenido.

Salidos del descanso, la realidad fue la que estaba prevista. Los vigueses ya defendía muy atrás y esperaban salir a la contra para poder conseguir algo fructífero. Por su parte el Barça tocaba y tocaba buscando huecos en la defensa del Celta y los encontró varias veces, pero sin éxito alguno. De nuevo dos palos culés (Sergi Roberto y Busquets) y ya van cerca de treinta los disparos en la madera en esta temporada.

Destacar también del partido la vuelta de Ousmane Dembélé. El francés entró sustituyendo a un acalambrado Arnáiz por lo que tuvo que jugar de delantero centro. Se notó que no es su posición natural. Pese a dicha circunstancia, siempre es bueno que el francés sume minutos y empiece a tocar balón en competiciones oficiales. El 'mosquito' está de vuelta, y de momento, viene para quedarse.
Jose Arnáiz celebrando su gol frente al Celta de Vigo