El Atlético de Madrid arrancó el partido algo frío, sin encontrar el ritmo en el que se encuentra más cómodo. Y gran parte de culpa la tenían los hombres de Garitano que apenas concedían espacios en zona defensiva. El partido transcurría por esos derroteros hasta que una jugada de pizarra de Simeone volvió a dar sus frutos a los locales. El córner botado por Koke al primer palo lo cabeceó a la red Miranda, adelantándose a la zaga visitante. Una vez más la estrategia volvía a dar sus réditos.
Garitano se había encargado de recordar a sus jugadores durante los días previos de la intensidad de los hombres de Simeone en este tipo de acciones, pero parece que los suyos hicieron caso omiso porque apenas quince minutos después se repetía la historia. En este caso una falta botada por Gabi la mandó al fondo de la red Mandzukic ante la pasividad de la zaga visitante. Se estrenaba en liga el croata, que ya lo hizo en partido oficial en casa en la vuelta de la Supercopa.
Demasiadas concesiones por parte de un recién ascendido que, a pesar de ello, no tiró la toalla y encontró el premio en el minuto 32 con un soberbio golazo de Abraham por la escuadra ante el que nada pudo hacer Moyá. Recortaba distancias el equipo de Garitano, que se marchaba al descanso con muchas opciones de cara a la segunda mitad.
Los segundos cuarenta y cinco minutos arrancaron de la misma manera que los primeros. El Atleti intentando llevar el partido a su terreno pero encontrándose con un conjunto armero muy serio y muy incómodo para los de Simeone. No sufrían en exceso los locales pero tampoco eran capaces de general gran peligro salvo en acciones a balón parado. Una de ellas fue para Koke, que mandó su lanzamiento directo por encima de la meta de Irureta.
Los minutos trascurrían sin nada destacable sobre el terreno de juego. Las ocasiones llegaban con cuentagotas y los rojiblancos no parecían muy preocupados. No daba la sensación de que el Atlético fuera el campeón y el Eibar un recién ascendido. De hecho eran los segundos los que más acariciaban el gol y arrancaban los tímidos pitos de la afición congregada en el Vicente Calderón.
El partido no mejoraba para los rojiblancos que veían como estaba a punto de empatar en el tramo final Bóveda, pero su cabezazo se marchaba fuera por centímetros. Los rojiblancos comenzaban a pedir la hora a falta de diez minutos para el final y Ángel volvía a perdona. Erró Godín en el despeje y el delantero no acertó ante Moyá. Por fortuna para los de Simeone el Eibar no echó el resto y los tres puntos se quedaron a orillas del Manzanares.
Ángel García - Consuegra Guijarro