Keylor Navas, Raphael Varane, Sami Khedira, Álvaro Arbeloa, Nacho Fernández, Asier Illarramendi y Raúl de Tomás. Estos son los hombres que conformaban el banquillo del Real Madrid en el partido de esta jornada ante la Real Sociedad. Prefiero no imaginar la cara de Carlo Ancelotti cuando miraba a su lado y veía tan pocas soluciones, tan poca electricidad, tan pocos revulsivos, y menos aún gol. Perdiendo en Anoeta y teniendo como opciones tres defensas, dos mediocentros y un atacante del filial sin ninguna experiencia en Primera División, muchos interpretaron la entrada de Arbeloa y Khedira como un mensaje directo de Carletto a la directiva: “Esto es lo que hay”.
El Real Madrid se encontraba esta temporada con un escenario ideal para mantener un bloque y una plantilla con la que se conquistaron la Champions League y la Copa del Rey, un marco casi inmejorable para no dejarse millones y millones en un mercado veraniego al que solo hacía falta acudir para fichar un par de retoques, una atmósfera plácida para continuar sobre ruedas el proyecto que Carlo Ancelotti había iniciado meses atrás. Nada más lejos de la realidad.
Ángel Di María, vital en la recta final de la pasada temporada, y Xabi Alonso, encargado de dar equilibrio, han dejado el equipo sin poder remediarlo trastocando los planes de Ancelotti. No lo digo yo, lo ha reconocido el propio técnico en numerosas ocasiones; la última tras la marcha del donostiarra. Sabiendo que Di María buscaba una subida de sueldo -totalmente merecida tras este 2014-, ¿no habría sido mejor hacer ese esfuerzo económico en aumentar el salario del argentino que gastarse 80 millones en James Rodríguez, sin hueco en la plantilla que finalizó brillantemente el curso 2013/14? La calidad del colombiano es innegable, pero también es innegable que su contratación corresponde más a un capricho que a una verdadera necesidad.
A pesar de todos estos golpes que ha recibido Carlo Ancelotti, en pequeñas dosis, como los medicamentos fuertes, el técnico italiano tiene parte de culpa en esta mala planificación. Hace algunas semanas reconoció que no necesitaba otro delantero centro, algo que no parece muy lógico tras la venta de Álvaro Morata y lo extremadamente larga que es una temporada en el Real Madrid. Finalmente se ha fichado a ‘Chicharito’ Hernández en un movimiento tan precipitado como necesario. Caso aparte merece el manido asunto de la portería, donde se han invertido 10 millones de euros en Keylor Navas, mejor portero del Mundial, para que aún ni siquiera haya debutado en competición oficial, manteniendo a un Iker Casillas que está lejos de su mejor nivel.
La plantilla del Real Madrid está repleta de calidad y contundencia y ganará simplemente por inercia e individualidades la mayoría de sus partidos, pero lo cierto es que en lo que llevamos de curso tan solo han logrado vencer al Sevilla en la Supercopa de Europa y al Córdoba en Liga BBVA, bagaje algo escueto para un equipo como el Real Madrid. Eso sí, la temporada es muy larga.
Ángel García - Consuegra Guijarro
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